«Escocía» es su espectáculo más maduro hasta la fecha. Y no es para menos, ya que el trabajo más reciente siempre lleva consigo una madurez inevitable.

Este show refleja el «escozor generacional», esa lucha interna de un hombre que ha llegado a los 40 años, oscilando entre la juventud y la vejez. Es una batalla encarnizada contra la dualidad de sentirse joven por dentro, mientras la realidad externa lo acerca más al Imserso que a la vida universitaria.

Esta situación le provoca un debate constante entre el optimismo y el pesimismo. Lo que está claro es que Txabi no se rinde y no se va a guardar nada. Él es el portavoz de «la furia inofensiva».